Uno de los cultivos más importantes dentro de la producción agrícola de la Comarca de Sierra de Gata y en particular de Cilleros ha sido, sin duda, el olivo, árbol milenario que parece haber formado parte de la agricultura rural del lugar desde tiempos inmemoriales y que ha dejado constancia a través de algunos ejemplares datados como centenarios. La relevancia de su explotación llevó consigo la creación de numerosas almazaras dedicadas a la producción de aceite que, repartidas en diferentes parajes del término, ponen de manifiesto la trascendencia que la elaboración de este género obtuvo dentro de los índices económicos del municipio, y en cuyo contexto debemos encuadrar la almazara conocida como "La Fábrica del Comandante".
Según el contexto histórico de Cilleros, ya en el siglo XIX existían importantes servicios en la zona, incluidas 12 almazaras de aceite, que confirman el grado de prosperidad y la importante infraestructura alcanzada por el municipio en estas tempranas fechas. Era el tiempo de los molinos impulsados por el agua de los arroyos o por tracción animal. Desconocemos cualquier tipo de dato con respecto a los índices de producción, aunque se advierte un importante crecimiento, no sólo en cuanto al cultivo del olivo sino también, de la necesidad y demanda de aceite elaborado. Con respecto a su funcionamiento, la información oral revela que la jornada laboral era de 24 horas diarias en los meses de producción. Este nuevo auge en la producción llevará consigo que, cumplida la primera mitad del siglo XX y viendo en el negocio una buena rentabilidad económica, las almazaras sufran reformas en sus instalaciones, implantando prensas de tipo hidráulico que contribuirán a un importante incremento económico para el propietario de la almazara.
La elaboración del aceite de oliva consta de un ciclo clásico compuesto por tres partes bien diferenciadas:
- La trituración o molturación de la aceituna.
- El prensado de la pasta resultante en la trituración para separar la parte líquida (aceite y alpechín) de la sólida (pastas).
- Separación del aceite y del agua por medio de la decantación.
Una vez recolectada y transportada la aceituna a la almazara, se alamcenaba en los denominados cortijos, cubículos con paredes de piedra de diferentes dimensiones situados a ambos lados de calles. A fin de tener un control de las distintas cosechas, los cortijos solían estar numerados. Tener un cierto tiempo la aceituna almacenada en los cortijos implicaba su calentamiento y la eliminación del alpechín, líquido oscuro y fétido que, aunque nunca debía mezclarse con el aceite, se utilizaba comunmente para fabricar jabón.
La muela consistía en una obra de mampostería sobreelevada poco más de 1 metro del suelo y de unos 2,80 metros de diámetro, donde descansaba la solera, realizada de una sola pieza. Sobre la solera se situaban tres rulos de aproximadamente 1 metro de altura cada uno, realizados también de una pieza.
Por medio de capazos o canastos de esparto se recogía la aceituna del cortijo y se echaba en una tolva; de ahí partía un canal que tenía insertado un tornillo helicoidal que elevaba y transportaba las aceitunas hasta una segunda tolva, que colocada en el centro de la muela permitía a través de una trampilla que cayeran las aceitunas deseadas, y para facilitar la trituración se le echaba agua caliente. Un motor accionaba los rulos accionaba los rulos, que unidos a un árbol vertical insertado en la solera hacían girar los rulos sobre sí mismos, dando vueltas alrededor de dicho árbol, e iniciando así el proceso de molturación de las aceitunas: éstas marchaban lentamente y por sí solas desde el centro hasta la periferia del alfarje o corona, donde quedaban depositadas. Desde este punto la aceituna triturada era arrastrada por medio de una paleta hasta la batidora contigua al molino. El movimiento giratorio de la batidora permitía preparar bien la pasta antes de ser prensada. Para recogerla, existía una trampilla en uno de los laterales de la batidora, y junto a ésta, una poceta donde se colocaba el correspondiente cubo para recoger la aceituna triturada. La almazara disponía de una gran caldera para calentar el agua que se obtenía de un gran pozo artesanal próximo al edificio. El agua caliente también se utilizaba en el batido de la aceituna.
Para el prensado de la aceituna se utilizaba una prensa hidráulica, provista de varias vagonetas. La aceituna molida se prensaba de la siguiente manera: se vaciaba la pasta (vianda) en unos capazos de esparto de 90 cm de diámetro, y se iban colocando sucesivamente en la vagoneta hasta completar una carga máxima, en general. de unos 600 Kg de aceituna molturada. Después de ser accionada la prensa hidráulica el aceite salía por el exterior del capazo, resbalándose hasta un canalillo circular situado en el fondo de la vagoneta; por medio de un pequeño tubo situado en un lateral de la vagoneta el jugo exprimido de la aceituna (aceite y agua), pasaba a una poceta cuadrangular que estaba en comunicación con el depósito de decantación. Los restos de pasta sólida que quedaba en los capazos (carozo) se colocaba en unos espacios de los que disponía la almazara para más tarde utilizarlos para alimento del ganado, aunque también podía utilizarse como combustible de la caldera. y para la fabricación de tinte.
La decantación del aceite se realizaba de la siguiente manera: un primer depósito de unos 1,5 metros de profundidad permitía una primera decantación; de ahí pasaba a otro de menor tamaño por medio de una canalización situada a unos 20 cm de la superficie. De este segundo depósito partía hasta el exterior de la almazara un canal de desagüe que concluía en una pequeña balsa donde quedaba depositado el líquido sobrante. Una vez terminado el proceso de decantación el aceite era trasladado hasta unos depositos donde descansaba y reposaba el aceite unos días hasta ser envasado para el transporte. En el proceso de decantación y en el de almacenamiento de aceite se contaba con el auxilio de una serie de cucharas, jarras, cubos, embudos, básculas y otros instrumentos que facilitaban la recepción. el transporte y la medición del aceite.
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