Coronando el edificio que alberga el Ayuntamiento de Cilleros, figura un magnífico blasón Borbónico esculpido en roca granítica, perteneciente al reinado de Carlos IV (1788 -1808), ya que en la base del mismo reza "A.D. MDCCLXXXIX", o lo que es lo mismo, año 1789, que se supone la fecha de construcción.
Su antecesor y padre, Carlos III (que reinó desde 1759–88) fue el que comenzó a utilizar un modelo simplificado (conocido como "escudo pequeño") que únicamente lleva las armas de Castilla, León y Granada, sumadas del escusón con las lises borbónicas y rodeadas a veces del Toisón de Oro. El escudo pequeño fue utilizado regularmente hasta el final del reinado de Isabel II (1868) y, de forma muy puntual, desde 1875 hasta 1931 durante la II Restauración borbónica. A Carlos III le sucede en el trono su hijo Carlos IV, que no introduce ningún cambio en el escudo, salvo los puramente ornamentales.
Existió en Cilleros la creencia popular que bajo el escudo se representaba a un paisano encima de un cerdo, recurriendo a una leyenda que contaba como una persona salvó la vida al caerse desde la torre del campanario encima de un cerdo; pero la realidad es que se trata de un cordero, y forma parte del collar de la Orden del Toisón de Oro, porque un "toisón" es eso, es la piel de un cordero, con su lana y extremidades, acordonada de oro, liado por en medio y suspendido del collar. El término "toisón" proviene del francés, que era el idioma de los Duques de Borgoña y su corte, con el significado de vellocino o piel de cordero, carnero u oveja.
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