Con la proclamación de la Segunda República Española, el nuevo orden constitucional debía amparar la libertad de conciencia y desarrollar un proceso de secularización que permitiera superar la tradicional identificación entre el Estado y la Iglesia católica, uno de los elementos clave de legitimación de la monarquía. Los republicanos anunciaron su determinación de crear un sistema de escuelas laicas, introducir el divorcio, secularizar los cementerios y los hospitales y reducir en gran medida, si no eliminar, el número de órdenes religiosas establecidas en España.

Sin embargo, las primeras decisiones del Gobierno Provisional de la Segunda República Española sobre la secularización del Estado fueron muy moderadas, en sintonía con la decisión de poner a su frente al  católico liberal Niceto Alcalá Zamora y nombrar en la cartera clave de Gobernación, a su compañero de la Derecha Liberal Republicana, el también católico Miguel Maura. En la regla tercera del Estatuto jurídico del Gobierno Provisional, promulgado el mismo día 14 de abril de 1931, y hecho público al día siguiente en el diario oficial, la Gaceta de Madrid, se proclamó la libertad de cultos:

El Gobierno provisional hace pública su decisión de respetar de manera plena la conciencia individual mediante la libertad de creencias y cultos, sin que el Estado, en momento alguno, pueda pedir al ciudadano revelación de sus convicciones religiosas.

En la mañana del domingo 10 de mayo de 1931 se inauguraba en Madrid en la calle de Alcalá el Club Monárquico Independiente fundado por Juan Ignacio Luca de Tena, que era el Director de ABC y acababa de tener una entrevista en Londres con Alfonso XIII. Lo que pretendía era formar un partido monárquico que se pudiera presentar a las elecciones del mismo modo que los partidos republicanos se habían presentado durante la monarquía.

De lo que allí ocurrió hay diversas versiones adecuadas a la ideología del que hace el relato. Lo cierto es que se organizó un escándalo a la puerta del edificio, que estaba guardado por la policía, pero de poco sirvió y hubo una pelea entre algunos asistentes y otros que pasaban por la calle. Terminada la pelea, hubo unos que se dirigieron a los talleres de ABC en la calle de Serrano con la intención de apedrearlo y dicen que prenderle fuego. Los de dentro del local se defendieron a tiros. La policía intervino y hubo detenidos.

A continuación se organizó una manifestación frente a la Jefatura Superior de Policía con gritos de ¡Maura no! Porque éste había acudido personalmente al Circulo Monárquico a poner orden. Algunas armerías habían sido asaltadas y hubo disparos contra una unidad montada de la Guardia Civil, quema de un quiosco de El Debate, periódico católico y rotura de cristales del escaparate de una librería católica. De paso apedrearon el Casino Militar.
Aquella misma noche, Maura quiso hacer uso de la Guardia Civil para poner orden, sobre todo, al haber recibido un informe de un capitán de ejército de que algunos jóvenes del Ateneo de Madrid estaban preparándose para quemar iglesias y conventos pero se opusieron sus compañeros de gobierno, encabezados por el Presidente Alcalá Zamora y el ministro de la Guerra Manuel Azaña.

Cuando a primeras horas de la mañana del día 11 de mayo estaba reunido el gobierno, llegó la noticia de que la Casa de Profesos de los Jesuitas estaba ardiendo, Miguel Maura intentó de nuevo sacar a la calle a la Guardia Civil, pero los ministros volvieron a negarse, especialmente Manuel Azaña que comentó que: “todos los conventos de Madrid no valían la uña de un republicano” y amenazó con dimitir si por “esta estupidez” sale herido un republicano.
Por la tarde, en vista de la orgía crematoria que se estaba organizando por todo Madrid, el gobierno no tuvo más remedio que declarar el estado de guerra, y el mismo general Queipo de Llano leyó públicamente el decreto. A medida que las tropas fueron ocupando la capital, los incendios cesaron.

Al día siguiente, Martes 12 de mayo, mientras Madrid recuperaba la calma, la quema de conventos y de otros edificios religiosos se extendía a otras poblaciones del este y el sur peninsular. El día 13 de Mayo se controló la situación, resultando un total de 100 edificios religiosos quemados total o parcialmente durante las tres jornadas.
Esto no significó el fin de la ola de violencia anticlerical contra edificios e instituciones de la Iglesia católica, ya que durante los meses posteriores se repitieron los hechos en numerosas localidades españolas, y en concreto, el día 3 de Noviembre de 1931 ocurrió en Cilleros, como atestigua el siguiente recorte de prensa del periódico provincial "Nuevo Día":

La barbarie en acción
Unos desalmados prenden fuego a la iglesia de Cilleros
Hasta nuestra Redacción han llegado noticias de un hecho tan salvaje como criminal, cometido en Cilleros, el cual ha hecho vibrar en justa indignación a aquel honrado vecindario.
Durante la noche de ayer, unos desalmados prendieron fuego, intencionadamente, a diferentes altares de la iglesia parroquial del referido pueblo.
La llamas tomaron gran incremento y uno de los altares quedó completamente destruido, así como la nave y tejado del templo.
Los daños causados por el siniestro, hubieran sido de mayor importancia a no ser por la rapidez con que el vecindario en masa se congregó en la iglesia, rivalizando todos en sus esfuerzos por sofocar el fuego, cosa que, por fin, lograron después de incesantes trabajos.
La indignación que en todo el vecindario ha producido el bárbaro hecho, es indescriptible, y la benemérita así como los elementos que integran aquel Ayuntamiento y demás autoridades, trabajan con la mayor actividad por descubrir a los incendiarios, ya que no ha duda de que el siniestro ha sido intencionado, pues ardieron aisladamente cada uno de los altares.
Por ahora se carece de más detalles, así como de la cuantía a que ascienden los daños causados por las llamas.
Nuevo día: Diario de la Provincia de Cáceres: Año VI, Número 1594 - 1931 Noviembre 03

Dos días después de los hechos, la noticia aparece publicada en el resto de la prensa de papel. El periódico provincial "Nuevo Día"  también la publica aportando algo más información sobre lo ocurrido:

Del incendio en la iglesia de Cilleros
Se organiza una manifestación para protestar del bárbaro hecho
Las pérdidas se elevan a 20.000 pesetas.

En el Gobierno Civil se ha recibido un oficio de alcalde de Cilleros, que confirma la noticia y detalle que anteayer dimos a nuestros lectores, relativos al incendio intencionado ocurrido en la iglesia de aquel pueblo.
El alcalde dice que al amanecer del día 3 los vecinos cercanos a la iglesia parroquial de aquella villa, observaron que aquella estaba ardiendo. Inmediatamente, las autoridades, fuerzas de la Guardia Civil y de Carabineros y el vecindario en masa, acudieron a sofocar el fuego, cosa que consiguieron después de dos horas de incesantes esfuerzos.
En un principio se creyó que el siniestro se había producido de manera casual, pero una vez extinguido en el retablo que había junto a la puerta de entrada y que quedó completamente destruido, así como las imágenes que en él se hallaban colocadas, se comprobó que el retablo del altar mayor y otros dos mas que existen en la capilla principal, también habían sido incendiados, dándose el caso rarísimo de que el fuego se cortase por si solo después de haber estado ardiendo parte de ellos y la mantelería que los cubría.
Las pérdidas se calculan en 20.000 pesetas y por ahora no se ha podido averiguar quienes son los autores del hecho.
En la misma mañana, el vecindario en masa y en manifestación pacífica, desfiló por las calles de la población, destacándose una Comisión que se entrevistó con el alcalde para hacer ostensible la enérgica protesta del vecindario por el bárbaro hecho, pidiendo además que el alcalde solicite del gobernador civil que éste interponga cuantos medios estén a su alcance para descubrir a los autores del incendio.
Después se disolvió la manifestación, con el mayor orden.
Nuevo día: Diario de la Provincia de Cáceres: Año VI, Número 1596 - 1931 Noviembre 05

Iglesia de Nuestra Señora de los Apóstoles, Cilleros.


Fuentes: Wikipedia; II República: mayo de 1931, las turbas marxistas queman las iglesias; Nuevo día: Diario de la Provincia de Cáceres