Las industrias líticas se extienden durante todo el Paleolítico, la Edad más larga de la humanidad, ampliándose también por el Neolítico y bien entradas las Edades de los Metales, al ser la piedra material abundante y relativamente sencillo de transformar. La piedra tallada, convertida en los más variados objetos, formará parte de la vida de los seres humanos durante toda nuestra historia.

En las primeras herramientas de piedra sólo se trataba de conseguir un filo rompiendo la piedra con formas muy básicas; Estaríamos en el Paleolítico. Conforme aumentó nuestra inteligencia y capacidad para imaginar formas complejas, las herramientas también lo hicieron, con formas verdaderamente elaboradas e incluso visualmente atractivas, llegando a organizar una producción en masa, industrial, de piezas que terminaron siendo intercambiables. Todo ello sin abandonar nunca la estrategia inicial: golpear la piedra para darle forma con una utilidad preconcebida. Los materiales usados en esta primera industria humana fueron diversos, reduciéndose localmente a los que cada especie fuera capaz de encontrar en su ámbito geográfico. Dos fueron muy utilizados: el sílex y la cuarcita.

La introducción de la piedra pulida, en el Neolítico, supone un cambio en la concepción de la industria lítica. Para estas herramientas se buscan bases duras y no fracturables, por lo que el sílex deja de ser la principal materia prima. Mármol, gneis, basalto, granito, ofita, fibrolita, serpentina, diorita y otros tipos de rocas calizas, basálticas o pizarrosas serán ahora la materia prima para estas modernas herramientas. Las bases para estos instrumentos neolíticos suelen ser reducidas a la forma de partida mediante percusión, pasando después a la fase de pulimento contra otras rocas, normalmente areniscas, que se van deshaciendo en el proceso, produciendo la abrasión de la superficie del otro mineral. El coste en términos de esfuerzo y tiempo de producción para estas herramientas, muy superior a las tradicionales de la talla por percusión, las abocaría a una utilización completa, quedando amortizadas al final de su vida útil. No sería habitual que fueran abandonadas antes de ese momento, siendo reavivadas las veces necesarias hasta el agotamiento de la base.

El hallazgo de estas herramientas de piedra confirma la ocupación humana prehistórica en las inmediaciones de la población de Cilleros. Vamos a realizar un repaso cronológico a algunas de las piezas de las que tenemos constancia.
I) En el extracto del acta correspondiente al 19 de Mayo de 1906 de la Comisión de Monumentos de Cáceres, que se celebró en la Sala de Juntas de la Comisión y asistieron los señores D. Gonzalo González Borreguero (Gobernador Civil interino), Hurtado (D.P.), Berjano, Hurtado (D. Gustavo), Castillo y Sanguino. El Sr. Berjano entregó a la Comisión un escoplo de pórfido, de 53 milímetros de longitud, procedente de la localidad de Cilleros. El pórfido es un tipo de roca ígnea, más concretamente una roca filoniana. Su nombre se deriva del latín (porphyra) que significa “púrpura”, debido a su color. El pórfido ha sido utilizado desde la antigüedad por su dureza y aspecto decorativo.

Ejemplo de un escoplo de pórfido

II) En algunas publicaciones se indica que en el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres, se encuentra un cincel de fibrolita hallado en Cilleros y correspondiente a la Edad de Bronce. Personalmente, me puse en contacto con dicho museo interesándome por la pieza y me confirmaron el desconocimiento sobre la misma, asegurando que no se encuentra expuesta en la exposición permanente, e indicando que podría encontrarse almacenada en el depósito de dicho museo.

Ejemplo de un cincel de fibrolita

III) En Octubre de 2011, durante una sesión de arqueología de campo junto al arqueólogo Antonio González Cordero por las inmediaciones de Cilleros, caminando por el Hocino encontramos una pieza lítica utilizada como percutor de mano y que se puede corresponder con un yunque o martillo, formado a partir de un canto rodado o guijarro. La pieza se encuentra fracturada en uno de sus extremos. El mismo arqueólogo me comentó haber encontrado puntas de fecha de piedra en la misma cumbre del Hocino un tiempo atrás.

Yunque o martillo hallado en el Hocino, Cilleros

IV) En una anterior visita de Antonio González a Cilleros, estuvo prospectando las crestas de la Sierra de Santa Olalla, localizando indicios de cerámica y algunos molinos de mano. Éstos son otros de los útiles más conocidos y frecuentes de los yacimientos Neolíticos. Básicamente consistían en dos piezas, el molino (o moledera) y la mano de molino. La primera era la base donde se echaba el cereal y la segunda era la pieza móvil que, empujada por la propia mano en movimiento de vaivén continuo, lo trituraba. 

Ejemplo de un molino de mano


Fuentes: Revista de Extremadura : Ciencia y Arte. Órgano de las Comisiones de Monumento...: Año VIII Número LXXXIV - 1906 junio.