El concepto de toponimia alude al análisis y el significado de los nombres propios que denominan lugares. La toponimia, de este modo, estudia los hidrónimos (nombres de los ríos y los arroyos), los orónimos (nombres de las montañas), los limnónimos (nombres de las lagunas y los lagos) y otros términos que permiten nombrar a lugares geográficos. Muchas veces, la toponimia se complementa con la geografía, la historia y otras ciencias. Si nos enfrentamos a una serie de topónimos geográficos, cuya localización espacial es contigua, y en todos ellos se comparte la base "castillo", cabe pensar que con mucha probabilidad, en esta zona pudo existir algún tipo de fortaleza o castillo. Este hecho ocurre en una determinada zona de Cilleros, a la que se refiere como Lomo del Castillo, Cerro del Castillo, e incluso con la forma arcaica "castell" en Teso Castell.
El lugar es una pequeña colina que apenas sobresale de la llanura. En la ladera se identifica un asentamiento rural de época medieval, sin restos de construcciones visibles pero con algunos restos cerámicos y gran cantidad de escorias de hierro. En la zona más alta se identifica un recinto fortificado de planta circular, de aproximadamente 17 metros de diámetro, realizado con muros de mampuestos menudos de cuarzo y cuarcita trabados con tierra. En los puntos en que las estructuras murarias se observan con mayor nitidez, éstas presentan un grosor de unos 70 centímetros. Por el lado noroeste se anexa un recinto de planta cuadrada de 6 metros de lado. En este punto se observa una notable concentración de mampuestos, teja curva, otros materiales latericios, así como un gran número de restos cerámicos, sobre todo de vasijas de gran tamaño.
Por las pequeñas dimensiones de la construcción, pudo tratarse de una fortificación avanzada de alguno de los grandes castillos colindantes, para el control del ámplio territorio, donde se podría mantener guarnecida un pequeño contingente de tropas. En la actualidad, los restos no son muy llamativos, y dificilmente identificables al encontrarse en una zona de arboleda y monte bajo, aunque en la siguiente imagen aérea del llamado Vuelo Interministerial (1973 a 1986) se aprecian notablemente los restos de la fortificación circular al no existir por entonces tan densa vegetación en la zona.
Fotografía aérea del Vuelo Interministerial (1973 a 1986) |
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