Frente a la población de Fuente Santa (Termas de Monfortinho), se erigía vigilante y retador el castillo de Bernardo, nombre romántico y posible del caballero que lo liberó del yugo musulmán. Y es que fueron los bereberes quienes lo fundaron sobre los antiguos cimientos una fortaleza, que se convirtió en posición clave entre el siglo XII y XIII para defender la línea que marcaba la división entre los territorios cristianos y musulmanes.

Las ruinas tienen forma de círculo, situado en el cerro que le sirve de pedestal. Unos metros más abajo, se asentaba junto a esta fortaleza la aldea de Peñas Rubias, a la que hacen referencia las crónicas, y todavía afloran en aquellas tierras las ruinas del fuerte y del poco importante caserío.

Igual que ocurrió en el vecino Castillo de Benavente, fue teatro de correrías en tiempo de moros, y de discordias y frecuentes escaramuzas entre cruzados calatravos, alcantarinos y templarios. Su primera liberación del musulmán, la efectuó en 1166 Fernando II de León. Tras volver a dominio musulmán, fue definitivamente conquistado en 1212.

Este castillo, juntamente con el de Benavente y el de Fernán Centeno, fueron muy útiles durante la baja Edad Media, para vigilar los movimientos del vecino reino portugués. Sus días terminaron del mismo modo que para los castillos vecinos, derruidos por mandato de Carlos V para evitar el refugio de comuneros.






Fuente: Velo y Nieto - Castillos de Extremadura