Una de las características esenciales de los Tiempos Modernos es indudablemente la estamentalización de la sociedad marcada y definida por el concepto de privilegio. La villa de Cilleros, situada en la comarca de Sierra de Gata, mostró un comportamiento característico de estos Tiempos: la asistencia al marginado, mendigo, pobre, enfermo y vagabundo cuando la sociedad parecía permanecer impasible ante este grave problema social. Desde la caridad y la asistencia de la Iglesia, desde los años finales del siglo XV hasta mediados del siglo XX y por medio de una de las instituciones más sobresalientes en este aspecto de la caridad, los hospitales de pobres, se observa el devenir por la sociedad de finales del Medioevo, la Modernidad y parte de la Contemporánea.

El análisis de un tema que no deja ser complejo como el de la marginación social a través de los pobres y enfermos, debemos ser capaces de captarlo desde las estructuras más profundas de la realidad cillerana en el periodo Moderno y en Extremadura de la cual se ha dicho que fue:

…cicatera con ella misma, incapaz de unos eficaces órganos de expresión y protesta, por medio de los cuales su auténtica necesidad hubiera llegado a escucharse en los centros nacionales de discusión política. En definitiva, una Tierra de Frontera, marcada por la guerra, la miseria y la pobreza.

Cilleros refleja con total claridad la realidad de nuestra Extremadura presionada fiscal y estatalmente, señorial y eclesiásticamente, con una pobreza alarmante en algunos casos y de la que se nos permite hablar como atada a la tierra. A ello hemos de unirle una población que ha llegado a convertirse en uno de los grandes rasgos de esta Extremadura de los Tiempos Modernos. Sobre la zona, a inicios del siglo XVI, la actividad repobladora de la Orden Militar de Alcántara ha finalizado. Ahora, bajo la directa observancia de los Monarcas como Maestres de ella, su acción va destinada esencialmente a la regulación jurídica y eclesiástica.

La población cillerana se verá afectada en el último tercio del siglo XVI, especialmente a partir del año 1570, por epidemias, enfermedades, pestes y toda una serie de desajustes económicos como fueron las malas cosechas y que provocaron un retroceso en la población. A ello le unimos la emigración a América como salida y opción de las gentes. Del siglo XVII hoy conocemos que fue un siglo de estancamiento y crisis demográfica que se extendió al menos hasta bien entrada la mitad del siglo. Es el siglo en el que Cilleros vivió muy de cerca y con protagonismo la Guerra con Portugal y los diferentes momentos de las conocidas crisis de subsistencia. El siglo XVIII, hasta la década comprendida entre los años 1712 y 1714, protagonizó una nueva coyuntura bélica que originó una depresión demográfica que se repetirá hasta el año 1760 y en los momentos finales de la Centuria del Diecisiete. Cronistas, geógrafos e historiadores de la época nos hablan de pueblos, villas, ciudades sufriendo junto a las malas cosechas, fiebres malignas, tercianas, viruelas, etc. Incluso para comprender un tema como el de la asistencia y la caridad hemos de tener en cuenta la historiografía en el terreno de la Historia de las Mentalidades, como medios de aproximación y conocimiento de las diversas realidades vividas por el hombre en un tiempo histórico importante como éste; En el terreno de las Mentalidades se han introducido importantes estudios relacionados con la Iglesia, la Inquisición, la Religiosidad y Piedad Popular, los Cabildos Municipales o las propias órdenes Militares. El inicio del siglo XIX no pudo ser más nefasto para los hospitales. La Guerra de la Independencia de los franceses, produjo la paralización casi total de muchos de ellos e incluso algunas que otras desapariciones. Pero a partir del año 1814, otros factores van a incidir directamente en el tema estudiado: oleadas de epidemias asolaron la comarca entre los años 1819 y 1828 para llegar a su máxima expresión en los años 1833 y 1834 con la conocida del Cólera Morbo, de catastróficos resultados. Hay un elemento más que se suma en el siglo XIX pero que es producción directa de la política del Liberalismo español: la desamortización. Sin embargo, en este caso y de manera muy concreta en el cillerano, el hospital y casa existente por dedicarse expresamente a los pobres y enfermos no fue “tocado” por la Desamortización. Y así quedó reflejado en el Catastro de Ensenada del año 1753, cuando el pueblo de Cilleros ante la pregunta número 30 "Si hay hospitales, de qué calidad, qué renta tienen y de qué se mantienen", contestó lo siguiente:

A la trigésima dijeron que en esta villa solo hay una Casa que sirve para el recogimiento de pobres enfermos y mendicantes y solo tienen de renta anual veinte y un reales de un Zenso redimible y otra Casa esta de la Cofradía de la Misericordia quien de limosnas socorre a los pobres enfermos.

Hospitalillo de la Santísima Misericordia (estáncia principal)

La sociedad muestra una estamentalización que la ha caracterizado a lo largo de los siglos. Por eso, junto al privilegiado está el pechero; al lado del eclesiástico, el seglar; en medio de los vecinos, los forasteros y junto a todos ellos, gentes que se encuadran dentro del grupo de los marginados, formados por individuos que se alzan como la negación de la sociedad, que son al mismo tiempo, caldo de cultivo que los posibilita, pues así debemos entender la marginación, como algo sustancial, como estado o la categoría de la desviación y que, en definitiva, el marginado es el que disiente de la norma establecida, el elemento social discordante, el que se rebela especialmente ante un conjunto de normas y pautas socialmente aceptadas.

La marginación y los marginados, sea originariamente forzosa o voluntaria, aparece como resultado de unas conductas más o menos buscadas, impuestas por unos condicionante jurídicos o por unos condicionantes y factores extrapersonales, han sido siempre elementos presentes en nuestra sociedad. La villa de cilleros por ejemplo, contó durante siglos con una casa de pobres y con un hospital de pobres. La propia enfermedad y la atención a los desprotegidos sociales que no encuentran en ninguno de los “estamentos” establecidos un pequeño hueco, eran en estos siglos entendidos de una forma muy diferente a como se comprende ahora. Iglesia y Concejo Local, se unían para paliar esta “lacra” social que ella misma generaba pero que no estaba bien vista.

Este período, finales del Medioevo y la Edad Moderna, es un claro ejemplo de cómo una de las principales arterias del corazón cristiano lo constituye la atención a la pobreza de la mano de la caridad. Esta manifestación puede venir expresada bien desde lo individual o bien desde la propia colectividad donde adquiere una importancia extraordinaria la figura de los hospitales. Hospitales que como ocurre en el caso de Cilleros actuarán en una función de acogida desde la Edad Media y se prolongarán por toda la Edad Moderna. Su funcionalidad viene determinada como hemos podido comprobar en la recogida y atención de los indigentes, socorrer a los peregrinos, abandonados, ancianos, dar sepultura a los difuntos, especialmente a aquellos que carecían de los medios para poder hacerlos ellos mismos. Un hospital en concreto aparece vinculado a una cofradía. A estos hospitales recurrirán a lo largo de los siglos pobres y mendigos que buscaron esencialmente la demanda de una asistencia tanto material como espiritual en muchos de los casos.

Hospitalillo de la Santísima. Misericordia - C/ San José 22, Cilleros

Fuente: Coloquios históricos de Extremadura