Se cree que formó parte de una primera línea de castillos, que estaban situados en las cumbres, en la divisoria de las aguas de las provincias de Cáceres y Salamanca (como el Castillo de Rapapelo, el Fortín de Gata, etc). Desde cualquiera de ellos se divisa bastante bien la llanura salmantina y desde cualquiera de ellos se ve al menos otro castillo situado más al Sur, esto es, en la retaguardia. Eran simples torres de vigilancia, poco habitables debido a la dureza del clima y de reducidas dimensiones, según atestiguan los escasos restos que de ellos quedan.
Estos primeros castillos o torres de vigilancia formaban la vanguardia o primera línea de una estructura defensiva que consistía en tres líneas de castillos. La segunda línea era la de los castillos mayores que se construyeron en la ladera Sur de la Sierra de Gata, auténticos cuarteles de invierno, en los que vivía el grueso de las tropas que no estaban destacadas en los puestos de observación de la cumbre (entre otros los castillos de Eljas, Trevejo, Santibáñez, etc).
Entre ambas líneas de fortificaciones debió haber no sólo una relación de dependencia dual, sino un sistema de avisos; así, por ejemplo, desde Rapapelo (en lo alto de la sierra de Eljas) se daría aviso tanto al mismo castillo de Eljas, su cuartel de invierno, como al Castillo Viejo de Xálama el cual, a su vez avisaría al de Trevejo; el Fuerte de Robledillo de Gata desde donde se avisaría al cadahalso de Cadalso y al castillo de Santibáñez; desde la Almenara de Gata se enviarían señales de humo a media Sierra. En nuestro caso, resulta curioso y no menos sorprendente que desde la Sierra de Jálama sólo podemos ver el castillo de Trevejo en el lugar donde se hallan las ruinas del Castillo Viejo de Xálama.
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