El concepto que se tiene de la ermita desde los tiempos inmemoriales, es el de lugar de reducidas dimensiones, levantado para el culto público y ubicado generalmente en medio del campo o en lugares poco habitados. Evidentemente, esto ocurría en sus lejanos orígenes, pues con el paso del tiempo, el hombre se fue asentando en sus alrededores, llegando muchas ermitas a estar en la actualidad totalmente integradas en las correspondientes poblaciones. Según la denominación oficial y más programada, el nombre de ermita procede de la palabra “eremus”, desierto, sitio apartado, dedicado exclusivamente a la oración y puesto al cuidado de un ermitaño, que o bien, en solitario, o en familia, tenía la única misión de cuidar esta peculiar y popular construcción.

En la actualidad no es frecuente la construcción de nuevas ermitas, pues los tiempos no son idóneos para ello, tal y como ocurría principalmente entre los siglos XIV y XVIII. Algo realmente curioso si tenemos presente que en aquellos lejanos tiempos había menos población que ahora y sin embargo, eran más abundantes las ermitas. Ello fácilmente explicable si tenemos en cuenta que la gente antes no estaba tan concentrada como ahora. La completa soledad de aquellas ermitas era más que latente en los continuos peligros a los que estaban sometidas, por las “visitas” que le realizaban los abundantes bandidos así como los ejércitos enemigos (principalmente franceses y portugueses). Pese a todos estos problemas son muchas las ermitas que han llegado hasta nuestros días, unas como sobrevivientes, otras transformadas totalmente, y otra cantidad al menos recopilada su existencia en documentos y archivos.

La época de oro de la existencia de las ermitas en Cilleros, se da posiblemente en el siglo XVI, pues es cuando se contabilizan hasta seis de las mismas tanto en la propia población de Cilleros como en sus cercanos alrededores. Para pasar inmediatamente a su peor época, la Desamortización, en el siglo XIX, llegando así a nuestros días un número muy reducido de estas, con notables y no siempre beneficiosas transformaciones.

Las ermitas desaparecidas
Ermitas que en distintas épocas y por distintos motivos han ido desapareciendo, no quedando de ellas en la actualidad prácticamente nada, ni siquiera un montón de escombros. Ello no sólo debido a la Desamortización. En no pocos casos no se sabe a ciencia cierta el lugar exacto donde estuvo ubicado el propio edificio, pero al menos ha llegado hasta nuestros días su mención en libros y documentos para así tener constancia histórica de su existencia.

1. Ermita del Espíritu Santo
Situada en La Cuesta, cerca del depósito del agua, y próxima al cerro de La Horca; en esta ermita se dice que los condenados a muerte recibían los últimos auxilios espirituales, antes de ser llevados a la horca.

2. Ermita de Santa Olalla
En las estribaciones de la Sierra de Santa Olalla cercana al arroyo del Chorlito.

3. Ermita de San Pedro
En el Parador, el edificio existió hasta el año 1980 aproximadamente, aunque en su época final se utilizaba como garaje.

4. Ermita de San Lorenzo
En la calle del mismo nombre, no se tiene más información.

5. Ermita de San Marcos
En la Plaza del Caño, no se tiene más información.

6. Ermita de San Lázaro
En el camino a Coria.

7. Ermita de Santa María
En la calle del Pozo, no se tiene más información.

8. Ermita del Humilladero
En el camino de Coria, no se tiene más información.

Las ermitas transformadas
Edificios, los cuales habiendo perdido su sentido originario, han sido convertidos en nuevas ermitas. Es sencilla y llanamente la conversión propia de la adecuación de los tiempos. Desgraciadamente y como consecuencia a este cambio, la mayoría de ellas han perdido muchos elementos arquitectónicos, así como el “encanto” de aquellas peculiares construcciones que fueron de tamaño más bien reducido. Pero así y todo, no nos queda otro remedio que conformarnos, pues a pesar de todos estos posibles inconvenientes, al menos continúan levantadas y no han desaparecido.

9. Ermita de Navelonga
Posiblemente tenía otra construcción en la antigüedad, ya que según consta en una inscripción existente en la misma ermita, en el años 1695, Calixto Mateos y su mujer Catalina Criado hicieron a su costa la Capilla de la Virgen y la Hospedería. Y cuatro cofradías, la del Santísimo Sacramento, la de la Veracruz, la del Rosario y la del Espíritu Santo el resto.

Las ermitas actuales
Ermitas que en la actualidad están conservadas. A pesar del número actual de estas, que puede parecer grande (Ermita de San José, Ermita del Carmen y la anteriormente vista Ermita de Navelonga), es simplemente una discreta muestra de lo que en otros tiempos existía en nuestra población. Por otro lado al haber padecido las ermitas no pocas restauraciones y arreglos, la mayor parte de las veces, hechos sin un estudio serio, les ha ocasionado que no pocos elementos arquitectónicos se hayan perdido para siempre, quizás en el mejor de los casos a cambio de ganar en algo más de espacio, y por supuesto en modernidad, pero lo antiguo, es decir, lo valioso o como menos lo curioso, se ha perdido.

10. Ermita de San José
De una sola nave, construida en el año 1619, se encuentra en la calle del mismo nombre. En el interior alberga un bello retablo barroco presidido por la figura de San José.

11. Ermita del Carmen
Situada en la calle Santo, data del siglo XVI. El edificio consta de una sola nave, en el interior se encuentra un retablo neogótico de principios del siglo XX, presidido por una imagen de Nuestra Señora del Carmen.

En los alrededores
En el presente apartado, hemos incluido aquellas ermitas que sin estar construidas dentro del denominado núcleo urbano de Cilleros, en sus orígenes formaron parte del mismo.

12. Ermita de la Peña
Ubicada en la cumbre del Hocino, en el punto en que se juntan los términos municipales de Cilleros, Hoyos y Perales del Puerto. Construida posiblemente entre los siglos XVII y XVIII, se encuentra en estado ruinoso y de abandono.



Fuente: Alonso J. R. Corrales - Ermitas Cacerenses. Diario de Cilleros.