El wolframio o volframio,​ también conocido como wólfram​ o tungsteno,​ es un metal escaso en la corteza terrestre, se encuentra en forma de óxido y de sales en ciertos minerales. Es de color gris acerado, muy duro y denso, tiene el punto de fusión más elevado de todos los metales y el punto de ebullición más alto de todos los elementos conocido.

El wolframio, metal estratégico por excelencia fue descubierto en Vergara (Guipuzcoa) en 1783. Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial se produce una fuerte demanda. Eran los años de la fiebre del wolframio en las regiones deprimidas del oeste de la península. No obstante ante una demanda tan indiscriminada y las cifras tan fabulosas que se llegan a pagar hasta 1000 pts/kg de concentrado se asiste a un florecimiento comercial e industrial de unas regiones tan pobres como son las situadas en la frontera de Portugal, llegando a trabajar en concesiones de menos de 100 ha más de 1000 personas, venidas en su mayoría de comarcas bastante alejadas e incluso pagando para poder trabajar.

Mina de arriba. En primer término el pozo vertical, al fondo la casona minera.

Concluida la segunda guerra mundial, se paralizaron las explotaciones de wolframio y se reactivaron en 1950 con el alza de la cotización de este mineral. Desde ese año se sucedieron varios intervalos de actividad a tenor de los precios, pero con sistemas muy artesanales y predominio de los "sacagéneros" al "kileo". En la "mina de arriba", existe otra mina cercana en la sierra de Santa Olalla a menor altitud, llamada "de abajo", se extraía de forma muy rudimentaria, estaño y wolframio del pozo vertical abierto en la montaña.

Casona minera


Soporte para la grua en el borde del pozo vertical


Pozo vertical