Aunque parezca mentira, hay personas a quienes cambió su suerte al llegar a sus manos un libro de tesoros, y dedicaron gran parte de su vida a correr tras un sueño de joyas y monedas de oro. Eran los llamados "cazatesoros". Y posiblemente, algún cazatesoros fue el protagonista de la siguiente historia, verídica, vivida por dos pequeños hermanos cilleranos a mediados del siglo pasado y que hace un tiempo tuvieron a bien contarme.

Estándo ambos niños guardando el rebaño de cabras y ovejas que tenía su padre en el paraje del Valle Galapero, observaron a lo lejos las siluetas de dos personas subidas en lo alto de un gran cancho granítico, cercano a la Fuente del Guijo. Se acercaron un poco para curiosear que hacían y observaron como agachados sobre la roca y empiezaron a urgar en la superficie, removiendo algunas pequeñas piedras, hasta que hicieron el gesto de recoger algo. Seguidamente abandonan el lugar.

Los dos hermanos se vieron desbordados por la curiosidad de averiguar qué habían cogido aquellas extrañas personas de la superficie de la roca, pero el miedo les impidió acercarse más ese mismo día. Pasados varios días, decidieron por fin visitar la roca para comprobar "in situ" qué estuvieron haciendo allí aquellas dos extrañas personas. Se encaramaron a lo alto y allí descubrieron un pequeño hueco en la superficie de la misma, del tamaño de un pequeño puchero, y parcialmente cubierto por pequeñas piedras. Tras debatir entre ambos y contárselo a sus mayores, llegaron a la conclusión de que allí pudo haber un pequeño tesoro, el mismo que se debieron llevar aquellas dos extrañas personas.

Y seguramente tenían razón. Es cuanto menos curiosa la ingente cantidad de tesoros extremeños señalados por piedras, rocas o canchos, pero la explicación es bien sencilla: los árboles mueren, las piedras pequeñas pueden verse arrastradas por la lluvia u ocultadas por el lodo, pero las grandes moles pétreas permanecen inalterables durante años y siglos, pudiendo así marcar y proteger el tesoro hasta que el propietario, normalmente los musulmanes expulsados de la península, pufieran regresar a recogerlo, o bien alguien tenga la suerte de encontrarlo.

La roca del tesoro. Se puede apreciar el hueco en la superficie superior de la misma


Fuente: Extremadurasecreta.