En 1881 se fundó la Sociedad Española de Electricidad en Barcelona, primera empresa que producía y distribuía fluido eléctrico a otros consumidores. También construía diversos aparatos eléctricos, y sobre todo promocionó la electrificación de las principales ciudades (Barcelona, Madrid, Valencia y Bilbao). La primera red de alumbrado público urbano se inauguró en Gerona en 1886, y poco después la primera línea de tracción eléctrica en Bilbao.
En los pueblos todos sabemos que las modas tardan tiempo en llegar, y en este caso ocurrió lo previsible. Tuvieron que pasar treinta años para que Cilleros pudiese contar con suministro eléctrico. Corría el año 1911 cuando se constituyó en Hoyos, con capital de 250.000 pesetas, una nueva empresa anónima, cuyo objeto era el suministro de luz y energía eléctrica a los pueblos de Hoyos, Acebo, San Martín de Trevejo, Villamiel, Cilleros, Eljas, Perales del Puerto y Villasbuenas de Gata; fue la Hidroeléctrica de la Cervigona.
Desde que se construyera la primera central hidroeléctrica en 1880 en Northumberland (Gran Bretaña), esta forma de producir energía, creció ayudada por los avances tecnológicos en los generadores eléctricos y las turbinas hidráulicas. En este caso, sería más de lo mismo, la energía se producirá mediante la explotación de un salto de agua en la Rivera de Acebo, en la ladera este de la Sierra de Jálama, en el paraje conocido como Cabezas de la Cervigona.
El sistema para la obtención de electricidad era muy sencillo: dado lo accidentado del terreno y el gran desnivel existente, el agua se almacenaba en la rivera, mediante una pequeña presa a unos 800 metros de altitud; desde aquí caía regulada por una tubería de grandes dimensiones y una considerable pendiente. La fuerza que cogía el agua era tan grande que servía para mover la turbina del alternador que generaba la corriente eléctrica.
En los pueblos todos sabemos que las modas tardan tiempo en llegar, y en este caso ocurrió lo previsible. Tuvieron que pasar treinta años para que Cilleros pudiese contar con suministro eléctrico. Corría el año 1911 cuando se constituyó en Hoyos, con capital de 250.000 pesetas, una nueva empresa anónima, cuyo objeto era el suministro de luz y energía eléctrica a los pueblos de Hoyos, Acebo, San Martín de Trevejo, Villamiel, Cilleros, Eljas, Perales del Puerto y Villasbuenas de Gata; fue la Hidroeléctrica de la Cervigona.
Desde que se construyera la primera central hidroeléctrica en 1880 en Northumberland (Gran Bretaña), esta forma de producir energía, creció ayudada por los avances tecnológicos en los generadores eléctricos y las turbinas hidráulicas. En este caso, sería más de lo mismo, la energía se producirá mediante la explotación de un salto de agua en la Rivera de Acebo, en la ladera este de la Sierra de Jálama, en el paraje conocido como Cabezas de la Cervigona.
El sistema para la obtención de electricidad era muy sencillo: dado lo accidentado del terreno y el gran desnivel existente, el agua se almacenaba en la rivera, mediante una pequeña presa a unos 800 metros de altitud; desde aquí caía regulada por una tubería de grandes dimensiones y una considerable pendiente. La fuerza que cogía el agua era tan grande que servía para mover la turbina del alternador que generaba la corriente eléctrica.
Fábrica de luz en La Cervigona, Acebo |
La generación de energía eléctrica por medio de minicentrales, no estuvo exenta de polémica, tanto ecológica por producir un grave impacto en las captaciones, conducciones y las propias centrales, como sustraer gran parte del caudal de agua a los ríos, que en muchas ocasiones son desecados en grandes tramos de su cauce, como de rendimiento tanto económico como técnico ya que existen otro tipo de generaciones que mejoran la producción por la inversión realizada y técnicamente obtienen mayores cantidades de energía por unidad de caudal, con este criterio, años más tarde se construyó el pantano de Borbollón, cuyo uso original fue la producción eléctrica. Mientras tanto, sus defensores alaban su funcionamiento automático, los ingresos a los propietarios y el menor impacto que una gran presa. De un modo u otro, la Hidroeléctrica de la Cervigona paso a formar parte de Iberduero, compañía que después se integró en Iberdrola, y sobre el año 1985, esta pequeña “fábrica de luz” dejo para siempre de funcionar.
Turbina de la Fábrica de Luz en La Cervigona, Acebo |
Fuente: Madrid Científico, Número 712, 1911.
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