En Cilleros, se denomina “Saquitía” a la merienda que el día 1 de noviembre los jóvenes realizan en el campo y en la que se consumen frutos del tiempo, especialmente castañas. En los días previos, los muchachos salen a pedir dichos productos de casa en casa; es una tradición que se sigue realizando en numerosas localidades Extremadura, como por ejemplo en las cercanas localidades de Coria y Moraleja, aunque en algunos casos recibe nombres diferentes, tales como “Chaquetía, Chiquitía, Calvochá o Magosto”.
En el caso de Cilleros, los niños utilizan la siguiente cancioncilla para pedir los productos que más tarde utilizarán en dicha merienda:
Esta es muy similar a la fórmula común a la mayoría de los pueblos donde se celebra esta festiviad:
Aunque existen algunas más elaboradas, como en el caso de Torreorgaz (Cáceres), donde la canción es:
En sus orígenes, la “Saquitía” podía referirse al aguinaldo o estipendio que los monaguillos recogían de los vecinos de Cilleros para atender los toques en el campanario el día 1 de noviembre, conmemoración del Día de los Difuntos. Este hecho lo he vivido personalmente en la juventud como muchos otros cilleranos; recorríamos cada calle pidiendo casa por casa la “Saquitía” y llegado el día 1 de Noviembre, pasábamos todo el día en lo alto del Campanario tocando las campanas en tono de duelo y como recompensa, disfrutábamos de los humildes manjares con que nos había agasajado el pueblo.
Es una bonita celebración, que al igual que otras, está en paulatino abandono y tendríamos que conservar. Y aunque la tan de moda Halloween, la noche de las brujas, una fiesta pagana y oscura, sea quizás más atractiva en los tiempos que corren, es preciso recordar que casualmente tiene el mismo origen que el Día de los Difuntos católico: ambas festividades proviente de un antiguo rito celta.
En el caso de Cilleros, los niños utilizan la siguiente cancioncilla para pedir los productos que más tarde utilizarán en dicha merienda:
Saque tía, que si no no es mi tía.
Esta es muy similar a la fórmula común a la mayoría de los pueblos donde se celebra esta festiviad:
Tía, tía, dame la chiquitía, que si no no eres mi tía.
Aunque existen algunas más elaboradas, como en el caso de Torreorgaz (Cáceres), donde la canción es:
Tía, la chaquetía,
los pollos de mi tía,
unos cantan y otros pían
y otros piden
¡castañas cocías!.
En sus orígenes, la “Saquitía” podía referirse al aguinaldo o estipendio que los monaguillos recogían de los vecinos de Cilleros para atender los toques en el campanario el día 1 de noviembre, conmemoración del Día de los Difuntos. Este hecho lo he vivido personalmente en la juventud como muchos otros cilleranos; recorríamos cada calle pidiendo casa por casa la “Saquitía” y llegado el día 1 de Noviembre, pasábamos todo el día en lo alto del Campanario tocando las campanas en tono de duelo y como recompensa, disfrutábamos de los humildes manjares con que nos había agasajado el pueblo.
Campana menor del campanario de Cilleros |
Es una bonita celebración, que al igual que otras, está en paulatino abandono y tendríamos que conservar. Y aunque la tan de moda Halloween, la noche de las brujas, una fiesta pagana y oscura, sea quizás más atractiva en los tiempos que corren, es preciso recordar que casualmente tiene el mismo origen que el Día de los Difuntos católico: ambas festividades proviente de un antiguo rito celta.
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