Arentia y Arentius, son dos dioses bien textimoniados epigráficamnente en la región romana de Egitania, con capital en la actual población portuguesa de Idanha-a-Velha. En la Península Ibérica se habían hallado nueve inscripciones en las que aparecen dedicaciones a las divinidades Arentius y Arentia, encontrándose todas ellas en un territorio muy concreto enmarcado aproximadamente entre una línea que uniría las actuales ciudades portuguesas de Covilha y Castelo Branco por el Oeste y el municipio cacereño de Coria por el Este. A partir de ahora, serán diez las inscripciones, ya que habrá que añadir la localizada en la población de Cilleros, que no estaba inventariada.

Ara votiva dedicada a Arentia, Cilleros

En esta región de Egitania, Arentius y Arentia coexistian con otras divinidades cuyo culto se extendía por un amplio territorio, lo que queda probado por la existencia de numerosos epígrafes dedicados a ellas; tales son los casos de Bandua, Reue, Trebaruna o Quangeius. Esta coincidencia en un territorio muy definido de varias divinidades indígenas, cada una de ellas con un cierto grado de representación epígráfica y cuya denominación y caracterización como deidades son, por consiguiente, seguras, nos lleva a plantear la idea de que dichos dioses tendrían una función diferente entre sí y, por así decirlo, complementaría.

Parece muy plausible la idea de que Arentius y Arentia, que eran dioses muy testimoniados en la epigrafia de la región y que, por lo tanto, podemos pensar que eran de los más importantes en el panteón religioso de este territorio, desde el punto de vista de su significado y funciones se relacionarían, bien con divinidades de carácter terapcútico que fueron relacionadas en la Antiguedad con Apolo, como Grannus y Sirona o Boruo y Damona o, como posibilidad alternativa, con dioses comparables al Mercurio céltico y Rosmerta.

Ara votiva dedicada a Arentia, Cilleros. Detalle del foculus.

Por otro lado, debemos resaltar que la región de Egitania nos ofrece, en lo que se refiere a las divinidades masculinas, el modelo más claro de panteón religioso indigena de toda la Península Ibérica. Tenemos aquí cuatro divinidades indígenas ampliamente representadas epigráficainente, como son Arentius, Reue, Banduay Quangeius mientras que, por otra parte, sólo conocemos otros cinco teónimos masculinos constatados, cada uno de ellos, en un enclave muy concreto de la zona. Tres de estos últimos (Igaedus, Aetius y Aratibrus) se constatan en el mismo territorio que los cuatro anteriores, pero sólo se conocen por una inscripción y, aunque no lo podemos asegurar, podrían aludir a alguno de los cuatro predominantes. Por lo tanto, se puede afirmar que la región de Egitania es uno de los pocos lugares donde la constante aparición de inscripciones votivas dedicadas a divinidades masculinas lusitanas ha aportado una relativa claridad, puesto que este modelo de panteón religioso no se plasma sólo a escala regional, sino que se reproduce a nivel local en algunos de los lugares de la región. Habida cuenta de este hecho, se puede establecer que el panteón religioso de la región de Egitania, en lo que se refiere a las divinidades masculinas, se componía de cuatro divinidades principales, sin perjuicio de que existieran otras de carácter local o de rango menor. El hecho de que coexistieran en la misma región Aratibrus, Aetius o Igaedus, por las razones aludidas, no altera esta afirmación.



Fuente: Juan Carlos Olivares - Estudio de las divinidades de Egitania