El hecho de encontrar un romancero o cancionero que glosa diferentes incidentes reales e imaginarios sobre la actuación de los mayordomos en la fiesta de San Blas, Patrón de Cilleros, constituye un hecho sobresaliente en cuanto a que:
- Constituye una tradición que se transmite oralmente de generación en generación.
- Es utilizado por la comunidad de cilleranos como rasgo de identidad.
- Sentimos curiosidad por establecer cronológicamente el inicio y evolución de esta tradición.
- Deseamos determinar la función social que cumplía en otra época y la que cumple en la época actual.
Este cancionero, a pesar de ser profano y cantarse en tabernas y calles en tono festivo y burlesco, también se usa durante la celebración religiosa y procesión. El tono burlesco y de escarnio con que en el cancionero se trata a la figura de distintos mayordomos parece ser la causa de que la mayordomía se ejerza anónimamente desde hace más de medio siglo. Y es que resulta sobresaliente encontrar una mayordomía anónima, por el hecho de que parece contradictorio ejercer en secreto una función que parece destinada a dar notoriedad, publicidad y popularidad al ejercitante. De hecho, está verificado que desde hace más de medio siglo, los mayordomos tratan por todos los medios de permanecer en el anonimato.
Ninguna persona ejerce la mayordomía, ni siquiera en secreto, el primer día del festejo, día de San Blas Grande, ya que ello obligaría a llevar el pendón, ocupando el lugar de honor tanto en la iglesia como en la procesión, y por ello a identificarse. A consecuencia de ello la mayordomía ha pasado a ser ejercida tradicionalmente y oficialmente por la Corporación Municipal, durante el primer día del festejo, cumpliendo tal función de manera representativa y honorífica el señor alcalde.
- Constituye una tradición que se transmite oralmente de generación en generación.
- Es utilizado por la comunidad de cilleranos como rasgo de identidad.
- Sentimos curiosidad por establecer cronológicamente el inicio y evolución de esta tradición.
- Deseamos determinar la función social que cumplía en otra época y la que cumple en la época actual.
Este cancionero, a pesar de ser profano y cantarse en tabernas y calles en tono festivo y burlesco, también se usa durante la celebración religiosa y procesión. El tono burlesco y de escarnio con que en el cancionero se trata a la figura de distintos mayordomos parece ser la causa de que la mayordomía se ejerza anónimamente desde hace más de medio siglo. Y es que resulta sobresaliente encontrar una mayordomía anónima, por el hecho de que parece contradictorio ejercer en secreto una función que parece destinada a dar notoriedad, publicidad y popularidad al ejercitante. De hecho, está verificado que desde hace más de medio siglo, los mayordomos tratan por todos los medios de permanecer en el anonimato.
Ninguna persona ejerce la mayordomía, ni siquiera en secreto, el primer día del festejo, día de San Blas Grande, ya que ello obligaría a llevar el pendón, ocupando el lugar de honor tanto en la iglesia como en la procesión, y por ello a identificarse. A consecuencia de ello la mayordomía ha pasado a ser ejercida tradicionalmente y oficialmente por la Corporación Municipal, durante el primer día del festejo, cumpliendo tal función de manera representativa y honorífica el señor alcalde.
Si no tiene mayordomo
le sirve el Ayuntamiento
sumándose todo el pueblo
con alegría y contento.
En el segundo día festivo, llamado día de San Blas Chico, la mayordomía es ejercida a título individual por personas que jamás se identifican, o a título público por colectivos de personas, como, por ejemplo, la Sociedad de Cazadores local. En este último caso, inicialmente, ningún representante de la Sociedad tomaba el pendón, ni ocupaba el lugar de honor destinado al mayordomo durante la celebración religiosa y la procesión, aunque en los últimos años se ha invertido la situación.
Este año en que estamos
ha de haber buena función
que le sirven los cazadores
a San Blas nuestro patrón.
Ejercer la mayordomía a título individual y de manera pública en Cilleros es tabú desde comienzos del siglo XX. La mayoría de los cilleranos coincidirían en señalar como culpable de la inexistencia de mayordomía o de su ejercicio secreto al Cancionero de San Blas; por tanto, nos proponemos aclarar su origen y su función en el festejo, confirmando o rebatiendo las siguientes hipótesis:
- Las canciones fueron desde el comienzo un mero elemento folkórico, cuya finalidad era ridiculizar al mayordomo y divertir a los convencinos a su costa.
Basilisa y Jesús Pérez
hizo un baile en un chiquero
por no pagar el salón
a los mozos de Cilleros.
- Las canciones fueron un elemento de publicidad y autobombo ideado por algún antiguo mayordomo. Este elemento fue posteriormente reorientado hacia la crítica por los cofrades y convecinos.
Señores si ven pasar a un hombre
montado en un mulo tordo
no pregunten de quien es
que es del ti Primitivo el Cojo.
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Con esa pata charela
tú no podías andar
que corrías que volabas
cuando ibas a avisar.
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Silencio y no digo más
ningún cojo puñetero
le ha de servir a San Blas.
- Las canciones comenzaron siendo una gratificación o regalo que los cofrades o familiares cercanos hacian al mayordomo. De esta manera se exaltaba a aquellos que por el ejercicio de la mayordomía aceptaban mantener la fiesta gracias a un elevado desembolso de dinero y especies. Posteriormente las canciones se convirtieron en un elemento de coacción o de burla respecto a mayordomos roñosos o can escasos recursos económicos. De confirmarse esta hipótesis, la función del Cancionero sería la de efectuar una selección social de los mayordomos.
Ninguno como los Churros
para servir a San Blas
le han comprado un traje nuevo
y le hicieron función real.
- “Servir al Santo” pudo constituir en Cilleros un rito de transición (o de paso), que mediante un rito de separación o marginación, y uno de incorporación, se produce un cambio de etapa mediante la ruptura simbólica del status anterior, y la incorporación del neófito a un nuevo status. En este caso, “servir al Santo” sería el rito de transición por la que habría que pasar todo agricultor humilde que hubiera llegado a “pudiente”, y deseara probar y confirmar ante la comunidad su condición de tal. Las canciones serían un “trance” del rito de marginación, del mismo modo que lo sería la obligación que el mayordomo contraía a servir comida y bebida a todo el que pasaba cantando por su puerta, a cualquier hora del día o de la noche, durante todo el mes de enero. Otros elementos del festejo, como la cacería y la función o comida colectiva de todo el pueblo, sería ritos de incorporación, tras los que se confirman al neófito en su nuevo situación.
El señorito Joaquín
con el sombrero quitao
nos ha repartido el vino
y también los mantecados.
----
Ciento cincuenta conejos
se han matado en "la calza"
se le dice al mayordomo
que no han podido ser más.
- Las canciones pudieron empezar siendo en su origen un elemento “ilustrado” de las clases altas que ejercían la mayordomía. Posteriormente, en manos del pueblo llano, pasaron a ser un instrumento de crítica y escarnio respecto a las familias pudientes que ostentan el “servir al Santo”.
Este año en que estamos
ha de ir para la Pica
para presenciar la revancha
entre el Pielero y el Chicha.
- La mayordomía está generalmente promovida por “gente con dinero”, mientras que la Hermandad o Cofradía suelen ser de índole más igualitaria y popular.
Silencio dicen los ricos
por la puerta de Torcuato
no pasa San Blas bendito.
¿Fue la Mayordomía de San Blas, en Cilleros, una institución impuesta por los aristócratas para sustituir y reemplazar a una antigua Hermandad o Cofradía democrática, y son los cantos una reacción del pueblo contra la institución que usurpa la dirección de la fiesta? Esta hipótesis no nos parece explicativa, a no ser que en el pasado las diferencias sociales fueran mayores y la estructura social mucho más compleja que en la actualidad.
Procesión de San Blas, Cilleros |
Fuente: Francisco Jorge Hidalgo - Cancionero de San Blas y mayordomía secreta en Cilleros.
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