Un elemento muy común a destacar en las portadas de las viviendas son los signos, dibujos o advocaciones para proteger la vivienda y las personas que la habitan. Desde la antigüedad, el hombre, ha buscado cómo protegerse contra el mal, ya sea de catástrofes naturales o de los malos espíritus. Estos elementos protectores suelen colocarse en las entradas a la vivienda (ventanas y puertas), principalmente en los dinteles. 

Generalmente, estas inscripciones suelen adaptarse a la siguiente tipología:

- Datación. En un importante porcentaje de las inscripciones podemos encontrar señalado el año de construcción (o remodelación) del inmueble. Este puede aparecer sólo como elemento único de la pieza, siendo éste el caso más común, o bien acompañando inscripciones de tipo religioso o informándonos del nombre del propietario del inmueble o de su función. 

- Nombre del fundador. Una de las características de la arquitectura popular es el anonimato de sus autores, un anonimato que deviene de su carácter humilde. El constructor popular nunca se considera a sí mismo como un artista, como mucho un artesano que es bueno en su trabajo y que recoge en él toda una experiencia previa decantada generación tras generación. 

- Función protectora. La dimensión más interesante que presentan las piezas labradas es la que tiene que ver con su papel como elemento de protección de las viviendas. Así el morador de las viviendas, siguiendo una práctica que hunde sus raíces en los albores de la humanidad, busca salvaguardar su casa de las desgracias o los malos espíritus.  Para tal cometido, el cillerano echará mano fundamentalmente de símbolos cristianos como la cruz, los anagramas de Cristo (IHS) o la Virgen, la flor de lis o el empleo de advocaciones tales como el AVE MARIA. Pero junto a estos símbolos relacionados con la religión católica encontramos otros como representaciones solares, hexagramas u otras representaciones, que van más allá de la era cristiana y que nos hablan de la persistencia en el tiempo de estas prácticas protectoras. 

Dintel de Matasanos

El dintel anterior, ubicado en una de las antiguas viviendas de la finca de Matasanos (Cilleros), presenta una inscripción en tres líneas, rematada con una cruz patriarcal sobre la "H". También llamada cruz arzobispal o cruz de doble travesaño, es una variante de la cruz cristiana que presenta una barra transversal superior más corta que la principal. Históricamente, ha sido un símbolo de autoridad para arzobispos y patriarcas en la jerarquía eclesiástica. Su origen se remonta a la tradición de la cruz de Jerusalén y ha sido empleada en diversas ramas del cristianismo, como la bizantina.

Las inscripción podríamos leerla así:

VIVA I(ESUS) H(OMINUM) S(SALVATOR)  (L)IMIPA

(NU)ESTRAS ALMAS

AÑO D(E) 1679

La expresión "¡Viva IHS, limpia nuestras almas!" es un grito de devoción que invoca el nombre de Jesús (IHS) para pedir la purificación espiritual y la santificación del alma. Este concepto se arraiga en la fe cristiana, donde el Espíritu Santo es visto como el agente que santifica y limpia el corazón, haciendo que la persona se parezca más a Dios y deseche las intenciones pecaminosas. 


Fuente: Inventario de inscripciones grabadas en Pasarón de la Vera - Alberto González Puértolas; Portadas en Urubamba - José Luis Vadillo.