Antiguo molino de grano situado en el margen derecho de la rivera Trevejana, que daba servicio a la mayor parte de la población que habitaba el vasto territorio entre la población de Cilleros y la frontera con Portugal. El molino más cercano dentro del término se sitúa a más de 10 km de distancia.
Se captura el agua mediante un azud, y se transporta al molino mediante una acequia de 177 metros de longitud. Antes de mover el rodezno, el agua se acumula en una represa y canal de losas de pizarra que reduce el conducto de salida para conseguir la presión necesaria para mover la noria horizontal, de fábrica metálica, situada en la planta baja. Mediante un eje vertical movería la muela volandera, situada en la planta superior, encargada de moler el grano y producir la deseada harina.
El edificio del molino, de una planta, tiene todos los muros construidos con mampostería de pizarra trabada con tierra, delimitando una superficie total de 60 metros cuadrados de planta. Anejo se encuentra una vivienda de dos plantas de similar factura y un horno para cocer el pan.

Milenaria población pre-romana, frontera entre Lusitanos y Vetones, adquirió cierta relevancia en época romana. Con la invasión musulmana, vuelve a ser territorio de frontera, en la llamada Trasierra Leonesa. Hasta el año 1213 no se produce la Reconquista definitiva del territorio por el Rey Alfonso IX de León, quien lo dona a la Orden Militar de Alcántara; el 20 de octubre de 1306 el décimo Maestre de la Orden, frey Gonzalo Pérez Gallego, concede a Cilleros la Carta de Villazgo.
